jueves, 19 de diciembre de 2013

Sé que he estado ausente unas cuantas semanas, pero todo tiene explicaciones.

Ahora tengo mucho menos tiempo para esto y para otras cosas, y aún es más del que tendré dentro de poco. Las notas no han sido las esperadas y ahora hay que apechugar.

Las cosas que han ocurrido en este tiempo son básicamente que me fui en noviembre una semana a Madrid, donde pude reencontrarme con viejas amistades, y que he empezado a jugar a un juego online llamado grepolis, que me gusta muchísimo, motivo principal de que tanto twitter como blogger queden algo "apartados". Además, lo del equipo de jugger está fallando. Las incorporaciones que esperaba han resultado... vanas. Todo se me complica. Aviso de que estaré una temporadilla sin escribir, pero que cuando pueda volveré.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Las chicas (I)

Esta mañana, mientras volvía de una fiesta de Halloween, he escuchado a dos amigas mías hablando, Claudia y Blanca, y cuando han parado, se me ocurrió algo que comentarle a Blanca.

En una entrada anterior hablé sobre los diferentes grupos en que clasificaba los tipos de amistad. Bien, esta vez se trata de clases de personas, concretamente jóvenes. La conversación surgió porque escuché decir a Blanca lo bueno que era no tener pareja. Argumentaba que al estar soltero no estás sujeto a mantener fidelidad a nadie, y que por tanto, aunque no tuvieras a nadie, al mismo tiempo los podías tener a todos.

Lo primero que pensé fue que no es así en todos los casos, ya que hay mucha gente en quien no suele fijarse apenas nadie, por lo que es más bien que "no tienes a nadie". Pero, razonando un poco, me surgió la idea de diversos comportamientos de los jóvenes respecto a esto. Puesto que Blanca estaba hablando más bien sobre chicas, lo enfoqué en ellas.
Así, le hablé de tres tipos de chicas.

El primero, son las conocidas como putas o zorras, son las típicas que sólo piensan en tener un novio para presumir de que lo tienen, por lo que pueden buscar a cualquier tipo sin quererlo de verdad. hay varios grados, desde el simplemente buscar novio por tenerlo hasta tener varios novios a la vez. En parte, buscan no sólo presumir sino además satisfacer sus deseos sexuales dejando a un lado lo que se conoce como amor de verdad, de alma y corazón, no sólo de cuerpo. Suelen escoger pareja en función del físico, sin apenas tener en cuenta nada más. Suelen tener éxito buscando parejas o rollos de poco tiempo.
A pesar de que suelen tener éxito y suelen quedarse satisfechas, hay ciertos inconvenientes. El primero es que rara vez conservarán una pareja más de unos meses. Esto significa que tienen dificultades para mantener una pareja estable, cosa que puede que tenga que ver con su forma de ser, además de su forma de actuar. El otro inconveniente principal es que, realmente, no llegan a estar del todo satisfechas. En una relación lo principal es el amor de corazón, no el apetito sexual. El sexo por sí solo puede satisfacer a una persona durante un tiempo, pero en cuanto se "aleja", la persona siente necesidad para sentirse bien, lo que lleva a una dependencia. Sin embargo, el amor de corazón, sin tener en cuenta (o teniéndolo un poco) el sexo, por sí solo puede mantener lleno el espíritu de uno mismo.
Las personas necesitamos la confianza, el sentirnos queridos. Lo necesitamos más que el sexo. Es por ello que este tipo de chicas no llegan a ser totalmente felices. Puede que por un tiempo sí, cuando son más jóvenes, pero no a largo plazo. Conforme se va envejeciendo, si has vivido de tu atractivo físico, conforme lo vayas perdiendo se irán fijando menos en ti hasta el punto de no hacerte caso. la diferencia entre esto y el amor de verdad, es que este último se mantendrá vivo sin tener en cuenta el tiempo que pase ni diversos cambios en otras circunstancias, siempre que la relación funcione bien en cuanto a la actitud de ambos miembros de la pareja frente al otro.

El segundo tipo es todo lo contrario al primero. Se trata de aquellas extremadamente incorformistas, que siempre quieren algo mejor. No suelen tener pareja porque no encuentran a nadie conforme a sus expectativas, y la causa es que dichas espectativas son las de una persona perfecta, en ocasiones totalmente idealizada. Es decir, son tremendamente exigentes. Algunas podrían clasificarse como un subtipo del primer grupo, ya que, a falta de pareja para mantener una relación, empiezan a buscar rollos de poca duración, teniendo claro que no establecerá una relación con nadie con quien se líe.
El principal inconveniente es, como ya se ha dicho, el no encontrar pareja, debido a sus excesivamente altas espectativas. No todas, pero muchas de estas personas pretenden que su pareja se adapte a elas, cuando en verdad una relación funciona cuando ambos se adaptan al otro. Debido a esto, no sólo no encuentran un sentimiento de amor verdadero, sino que, a menos que ocurra que empiecen a ser como en el primer grupo, tampoco satisfagan plenamente un deseo sexual que nos da nuestra propia condición humana. Es por ello que considero el estar en este grupo peor que en el anterior, ya que en el primero al menos una parte de nuestros deseos y sentimientos quedan satisfechos.

El tercer grupo está entre ambos. Son las chicas que saben lo que quieren, no buscan pareja por tenerla, sino porque la quieren de verdad. Son aquellas chicas que luchan por aquello que quieren (no como las del primer grupo, que si no pueden con uno van a por otro), y no se rinden o tardan en hacerlo. Aquellas que pueden sufrir por amor. Son las chicas que de verdad valen la pena.
Este tipo de personas van con el objetivo de mantener relaciones estables. La ventaja de las relaciones estables es que, mientras la cosa funcione, tanto el sentimiento de amor como el de deseo sexual estárán satisfechos. En los otros casos, no es así.

Tras esa explicación improvisada, Blanca se quedó sorprendida por cómo se lo había contado. Pero no me quedé ahí, sino que lo apliqué también al caso de los chicos. El estereotipo que se tiene de chico hoy en día es justo el del primer tipo, que deja a la novia cuando le viene en gana y solo se fija en su físico, que le rompe el corazón y todo eso. Sin embargo, también los hay del tercero, aunque en mucha menor medida.

En verdad, es problema de cada uno el que elija un camino u otro. Luego, habrá unas consecuencias u otras.

Más adelante haré otra entrada sobre estas cosas, pero por ahora creo que esta ya es lo bastante larga.

martes, 29 de octubre de 2013

Un viaggio alla italiana

Por mucho tiempo que pase, hay cosas en mí que no cambian. Y este verano he podido darme cuenta.

Me describí bastante en las entradas que hice hace un año, y si tuviera que hacerlas de nuevo, serían muy similares.

En principio quería hacer una entrada relatando el viaje a Edimburgo, pero como me voy tanto por las ramas, apenas estoy empezando y ya es larguísimo. Por ello, he decidido relatarlo con detalle en la autobiografía y hacer un resumen aquí sobre las cosas fundamentales.

Este era el primer viaje que hacía totalmente solo, aspecto a tener en cuenta especialmente si se trata de un país extranjero. Y así es como me sentía los primeros días, más solo que la una (ya que los pocos españoles que había me dejaban de lado). Si me cuesta entablar contacto con la gente de mi mismo idioma, me cuesta más aún si se trata de extranjeros. Los únicos ratos de alivio era el tiempo que podía estar en casa hablando por whatsapp con mis amigos en España, a más de 3000 km de allí. Si todo el viaje iba a ser así, ya tenía bastante claro que no iba a volver a repetir nada parecido.

Sin embargo, mi suerte empezó a cambiar el viernes de la primera semana, cuando tuve la suerte de coincidir en el autobús con Francesca, una de las italianas que iba a mi clase. Estuvimos hablando durante la media hora que duraba el trayecto hasta la escuela. Ella y su hermana gemela Martina vivían en Roma, y habían venido junto a Iacopo, otro chico italiano. Por lo que tenía entendido, al resto de italianos ya los habían conocido allí. Me contó cosas que hacían en grupo por las tardes (a las que yo no asistía). Después, le comenté mi situación desde que llegué a Edimburgo días antes, y se compadeció de mí. me dijo que si quería podía ir con ellos  comer ese día, y acepté encantado. Así empezamos a hacernos amigos. Más tarde, estuve pensando la tremenda e increíble casualidad de que había ocurrido en un autobús, lo que me trae recuerdos un tanto similares.

Les llevé a un sitio de fish and chips donde yo ya había comido. En ese rato me hice amigo también de Martina, Iacopo e Irene. Martina llevaba ya tiempo estudiando español, y hablaba con ella en español la mayor parte del tiempo. Con Iacopo lo hice sobre todo al principio, pero luego hablábamos casi siempre en inglés. Todos eran muy simpáticos, tuve mucha suerte al haber podido juntarme con ellos. Y tanto que tuve suerte, porque ese era el último día que Francesca iba a utilizar el mismo autobús que yo, el 37, para ir y venir de su casa.

Tengo bastantes recuerdos puntuales almacenados en mi memoria: los ratos en el parque de Prince Street, cuando fuimos a probar la danza escocesa, el monumento de Walter Scott, cuando fuimos de viaje una parte del grupo a ver el muro de Adriano, la visita al museo de Edimburgo, cuando tratábamos de encontrar la entrada a un parque que había a la orilla de un río... Todos buenos y divertidos recuerdos.

Al final del viaje, era con las hermanas Iacoboni (Martina y Francesca, pero sobre todo con Martina) con quien más me relacioné. Y es que esa situación me trae unos recuerdos muy muy similares, además de que Francesca me recordaba por sus gestos y su forma de ser a una amiga mía.
Disfruté mucho con la compañía de los italianos. Gracias a ellos no sufrí las consecuencias de la soledad durante todo el viaje, además que mejores compañeros que ellos estoy seguro de que no habría encontrado.

Yo defiendo que una gran amistad puede consolidarse en poco tiempo, y me ha pasado varias veces y nunca con consecuencias negativas. En efecto, mi amistad con Francesca y Martina fue grande, tanto que un día que me quedé solo con Francesca recorriendo medio Edimburgo para encontrar la parada de su autobús, le hablé de la autobiografía que estaba escribiendo. Sobre ella tan sólo saben mis amigos más cercanos en España. Me dijo que debía tener mucho tiempo libre para eso, ya que era algo que requería de muchas horas. Se sorprendió bastante cuando se lo conté; no es algo que haga todo el mundo ni mucho menos. De hecho, yo no conozco a nadie, aparte de mí, que esté relatando su propia biografía.

Lo peor de todo, como no podía ser de otra manera. Fue una despedida rápida, ya que tanto ellos como yo íbamos a perder el autobús porque apuramos hasta el último momento.  No sé cuándo les volveré a ver, pero ojalá sea pronto.  Ya nada más subirme al autobús los estaba echando de menos. Ya me pasó algo parecido en Madrid el año anterior, y en ese momento la sensación de adiós era muy parecida e igualmente depresiva. Dudo que me olvide de ellos, de Francesca, de Martina, de Iacopo, de Irene, y del resto de personas que conocí en aquel lejano lugar. Ni de lo bien que me sentí con ellos. Ni de nada.

* * * *

En los viajes uno siempre aprende cosas. Y en este, aparte de inglés, también he aprendido algunas cosas. Lecciones que la vida me va a enseñando a través de personas y de hechos. Esta entrada está dedicada a Martina y Francesca Iacoboni y a Iacopo Giordano, tres personas maravillosas a las que tuve la gran oportunidad de conocer y con quienes pude entablar una amistad que no tiene precio. Aunque el contacto se fue tan rápido como vino, en apenas dos semanas, espero poder volver a verles pronto. Estoy planeando, junto a una amiga, un viaje por Europa para hacer en verano, y Roma es uno de nuestros destinos principales.

Gracias por todo. A presto!

lunes, 14 de octubre de 2013

11 meses después

Hola a todos los bloggers, no bloggers y aliens que estáis leyendo esto.  Tras once meses de inactividad, he vuelto a abrir el blog con el fin de retomar lo que hace mucho dejé a medias.

Lo dejé a mediados del pasado noviembre porque por esas fechas me empezó a cambiar la vida de nuevo. Respecto a lo de mis relatos, sí, sigo con ellos; pero en cuanto a lo de dibujar la inspiración sigue sin aparecer. Ya no hago 30 tweets al día como por aquel entonces, pero cierto es que tras un tiempo sin apenas usarlo, twitter es la red social que más utilizo. Apenas me meto a facebook, y tuenti más de lo mismo, especialmente desde que sacaron esa nueva versión que no le gusta a nadie.

El motivo de retomar esto es principalmente la inspiración; esa sensación que tiene el poder de impulsarte a escribir un bestseller o realizar una obra maestra, o hacer que todo un proyecto deje de tener sentido y hundirlo hasta el fondo.

Espero poder sacar tiempo de donde pueda para escribir entradas, porque el poco tiempo libre que tengo tengo que distribuirlo entre otras cosas, en la autobiografía y hacer algo de ejercicio, además de vida social y demás. Con eso, el tiempo para el blog se me queda en casi nada. Pero bueno, haré lo que pueda. Este es el último año antes de la universidad, así que tengo que aplicarme.

Un saludo a tod@s. En unos días haré la primera entrada :)